La Casa Botines es uno de los tres únicos edificios que Antoni Gaudí i Cornet (Reus, 1852 –Barcelona, 1926) construyó fuera de Cataluña, junto con el Palacio Episcopal de Astorga (1889-1893) (ambos en la provincia de León) y “el Capricho” de Comillas (Cantabria), construido entre 1883 y 1885.
Gaudí era aún muy joven cuando comenzó a construir la Casa Botines, en 1892 (pues tenía tan solo 39 años), pero más aún cuando realizó el proyecto, seguramente entre 1887 y 1891. En aquellos años, el arquitecto reusense se encontraba trabajando en el Palau Güell (1886-1888), la magna y lujosa residencia privada de su mecenas, el empresario e industrial Eusebi Güell (1846-1918), quien le pondría en contacto con dos de sus clientes, los leoneses Simón Fernández y Mariano Andrés.
Simón Fernández y Mariano Andrés eran socios y propietarios de un almacén de tejidos y una casa de cambio en León, y encargaron en 1887 a Antoni Gaudí el diseño de un nuevo edificio en su ciudad que les permitiera ampliar el negocio mediante un espacio comercial más amplio, espaciosos almacenes en los que guardar su abundante mercancía y grandes viviendas que permitieran la instalación de familias burguesas en régimen de alquiler. Por ello, Gaudí diseñó un edificio de siete plantas inspirado en las construcciones de la burguesía barcelonesa y parisina, cuya estructura y planteamientos generales siguen los planteados por Napoleón III y el barón Haussmann en el icónico ensanche de París: planta baja para los negocios, sótano para almacén, primera planta o planta noble (étage noble) para la residencia de los propietarios del inmueble y plantas superiores para alquilar. El edificio culmina con una inclinada cubierta a cuatro aguas en la que se alojaban los trasteros y la vivienda del portero.
Fue así como Gaudí diseñó la primera casa de vecinos de toda su carrera, en la que pudo poner en práctica sus modernas y arriesgadas ideas, a la vez que utilizar, por primera vez, algunas novedades estructurales y de diseño que le acompañarían durante el resto de su vida. Las conclusiones que de su construcción extraería servirían a Gaudí para dotar a sus posteriores edificios –la Casa Calvet, la Casa Batlló y la Casa Milá, especialmente− de curiosas novedades estructurales que configurarían su toque personal y distintivo. En ellas combina la decoración, el símbolo y el respeto máximo a la funcionalidad, la comodidad y la habitabilidad de los espacios interiores, entendidas desde un precoz racionalismo formado a partir de la observación atenta y el estudio minucioso de la Naturaleza. (fuente:casabotines.es).
Já não me lembrava (porque já li) destas obras de Gaudí fora da Catalunha. Bela entrada e os marcadores são lindos.
ResponderEliminarBoa semana!
Muy logrados los marcapáginas.
ResponderEliminarA mi la casa me llama mucho la atención, al igual que el Palacio Episcopal de Astorga...A donde tengo ganas de volver.
Abrazos.
No conozco ninguna obra de Gaudí; y ya me gustaría, pues soy un admirador de toda su obra.
ResponderEliminarun abrazo
Também tenho pena de nunca ter visto nenhuma obra de Gaudí, e não me parece que isso vá acontecer.
ResponderEliminarAo ouvir agora esta canção irlandesa, vencedora da Eurovisão há imensos anos, descobri que ainda sabia os versos de cor.
🌻 Boa semana, Javier.
Una preciosidad, como todo lo de Gaudí, un renovador con un gusto exquisito.
ResponderEliminarAbrazoSS
Realmente estupendos estos marcapáginas. Conozco El Capricho y el Palacio Episcopal de Astorga, así que solo me queda este edificio de sus obras fuera de Cataluña por visitar. Espero que pueda ser porque me gustan mucho todas sus obras.
ResponderEliminarAbrazos