La iglesia de Santo Tomé, en la ciudad de Toledo, aparece ya citada en el siglo XII, aunque fue reconstruida a finales del siglo XIV por encargo del Señor de Orgaz, que añadió el actual campanario cristiano al antiguo alminar musulmán. La torre es uno de los mejores exponentes del mudéjar toledano, con cerámica vidriada y con incrustaciones de una hornacina visigótica.
En la parte posterior del templo parroquial, con entrada por la puerta de poniente, se encuentra la obra cumbre de El Greco y de la pintura universal: El Entierro del Señor de Orgaz (1586-1588), un óleo sobre lienzo de 4,80 por 3,60 m que recoge a la perfección todas las virtudes de El Greco.