La dactiloscopia (uno de los principales sistemas de identificación forense basado en el estudio de la impresión o reproducción física de los dibujos formados por las crestas papilares de los dedos de las manos) forma parte de la biometría, una ciencia basada en el reconocimiento de una característica física o biológica para identificar a una persona.
No hay dos personas con las mismas huellas dactilares; ni siquiera los gemelos homocigóticos. Las huellas dactilares no cambian nunca, ni con la edad, a menos que la capa profunda o basal se destruya o se modifique intencionadamente por medio de cirugía plástica.
Existen tres patrones principales de huellas dactilares, denominados arcos, curvas y espirales. La forma, el tamaño, el número y la disposición de pequeños detalles en estos patrones hacen que cada huella sea única.