Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, comúnmente abreviado como Alicia en el país de las maravillas, es una novela de fantasía escrita por el matemático, lógico, fotógrafo y escritor británico Charles Lutwidge Dodgson, bajo el seudónimo de Lewis Carroll, publicada en 1865.
Los siete últimos son artesanos troquelados que localicé en un mercadillo antes de la pandemia en Madrid (ya ha llovido...).
El mejor restaurante de Castelo Branco sigue siendo Praça Velha, en el Largo Luis de Camoens, parte vieja. Es uno de los grandes de la Raya. Ambiente, servicio, cocina y precio se conjugan para que comer sea una fiesta. Los platos tradicionales son cocinados con un punto de aventura y sirven desde un aterciopelado de zanahoria y coco con mini pinchos de gambas, hasta una posta de bacalao en cama de puré de garbanzos cubierto con tomate seco y aceite de trufa blanca.
Pero el Praça Velha ya está consagrado y hoy buscamos un restaurante popular y barato para experimentar. Se llama Retiro do Caçador y está a un paso de la catedral. La calle se llama Ruivo Godinho y en ella hay cuatro restaurantes sencillos. El Retiro es el más concurrido. Tiene mesas corridas. Por 1,50 euros tomamos una tonificante canja de galinha: sopa espesa de estrellitas de pasta, sabrosa de sustancia y llena de higadillos de pollo y carne. Sigue un bacalao al estilo del Retiro: bárbara fuente de bacalao con salsa y patatas fritas (10 euros). De postre: natillas, gelatina o flan. (Fuente:hoy.es).
No dudando de la certeza de lo anterior, la miel, el queso, el aceite, los vinos, los embutidos y la repostería seguro merecen otra visita.
De los 10 comentarios, el nº 1 no participa en el sorteo por no ser correcto (de salir en Random, se hubiese repetido la generación), pero no ha sido necesario, ya que el comentario ganador de la serie de Van Gogh es el nº 9, escrito por Manuel Pinilla: ¡¡enhorabuena al ganador y muchas gracias a los participantes!!.
Desde Lugo me regalan estos estupendos marcapáginas de Paperblanks, empresa de papelería que en este 2022 cumple su 30 aniversario.
Representan, anverso y reverso y de arriba abajo:
- Dibujo de filigranas de un artista de la dinastía Safávida, procedentes de Ardebil (Irán) durante el periodo de 1501 a 1722.
- Diseño inspirado en una de las fotografías que Gérad Degeorge inmortalizó a traves de su objetivo, en este caso, de la Alhambra de Granada.
- Diseño de "Los lirios", que Vincent Van Gogh pintó mientras estuvo ingresado en el sanatorio de Saint-Paul, inspirándose en el jardín de este sanatorio, y cuyo original se encuentra en el Museo Getty, fundado por el magnate Jean Paul Getty, cuyo nieto fué secuestrado en 1.973 y al que sus secuestradores amputaron una oreja por el impago del rescate (triste casualidad..., también será casualidad que, de los 17 millones pedidos como rescate, el abuelo negoció y sólo pagó 2,2 millones, cifra máxima deducible de impuestos por aquellas fechas... ).
Con estos seis últimos marcapáginas completo la treintena, y los dos últimos fueron los más complicados de localizar.
Espero os hayan gustado y si alguno está interesado en participar en el sorteo de una serie como esta, debéis dejar un comentario en esta entrada hasta el día 20.05 (incluido), indicando el nombre de los dos tipos de cereal que aparecen en las obras que he subido; el ganador aparecerá en la entrada del día 25 de mayo.
Los cuadros de Los girasoles pertenecen al género del bodegón o naturaleza muerta, dentro del cual destacan las pinturas florales. La pinturas florales eran muy comunes en la tradición artística, especialmente en Holanda, pero raramente incluían girasoles, ya que se consideraban flores toscas. Sin embargo, Van Gogh apreciaba su sencillez, alegría y aspecto silvestre.
Llama la atención que un motivo tan sencillo represente una de las obras cumbre del arte contemporáneo. ¿A qué podemos atribuir este fenómeno? ¿Cómo podemos entender el genio de Van Gogh a través de sus girasoles? ¿Cuáles son sus características y su significado?
Vincent van Gogh se refiere al proyecto de Los girasoles de Arlés como una “sinfonía azul y amarilla”. Esa es nuestra primera clave de análisis: el artista pretendía consolidar un conjunto armónico aprovechando el contraste entre tonos cálidos y fríos. La técnica elegida para todo el conjunto fue el óleo sobre lienzo.
Cada uno de los cuadros contiene formas simples y coloridas que, de acuerdo a los expertos, evocan el gusto de Van Gogh por el arte japonés. De este japonismo provenía también la técnica conocida como cloisonismo, muy utilizada por Gauguin, a quien Van Gogh admiraba tanto. El cloisionismo consiste en pintar superficies planas de color con siluetas claramente delimitadas por líneas gruesas.
El color amarillo tuvo un papel protagónico en la serie. De hecho, en algunos de los cuadros el pintor demuestra su capacidad expresiva y persuasiva usando apenas tres tonos de amarillo, lo que sin duda constituyó una genialidad en la época. Las vibrantes tonalidades amarillas usadas por el holandés fueron posibles gracias a los avances industriales en materia de pigmentación a finales del siglo XIX.