La Catedral de Madrid, en el Madrid de los Austrias, tiene una corta pero intensa historia. Los primeros planos de la iglesia fueron trazados en 1879 por Francisco de Cubas con la idea de que sirviese de panteón para la fallecida reina María de la Mercedes. La primera piedra se puso en 1883 pero cuando el Papa León XIII otorgó en 1885 la bula por la que se creaba el Obispado de Madrid-Alcalá se transformó el proyecto de la iglesia en catedral.
Los marcapaginas representan, de arriba a abajo, fachada, Imagen de Ntra. Sra. de la Almudena (magnético), pintura del techo, pinturas murales del ábside y dos marcapaginas del Jesús de la Misericordia.
Un autorretrato es la representación de una persona (ya sea en pintura, fotografía, etc) hecha por esa misma persona.
De arriba abajo, tres puzzles procedentes de Ancona (Italia) de tres autorretratos: Vincent van Gogh (año 1887), Frida Kahlo (Autorretrato con Bonito, año 1941) y Tamara de Lempicka (Autorretrato en un Bugatti verde, año 1929).
Los espacios que alberga el Teatro Real en sus 65.000 metros cuadrados, hacen de este emblemático edificio un enclave único. Su sala principal, con un aforo de 1.746 butacas (dependiendo del foso de la orquesta), reproduce la original con la que se inauguró el Teatro en 1850. Tras su telón este emblemático edificio esconde una de las más avanzadas cajas escénicas de los teatros de Europa, cuya innovadora tecnología permite trabajar simultáneamente varias escenografías e intercambiarlas en tiempo récord, gracias a un sistema de plataformas superpuestas.
Junto con la innovadora dotación técnica conviven destacados espacios que, como sus grandes salones situados en la segunda planta del edificio, reproducen el ambiente de la ópera en el siglo XIX y albergan en su interior destacadas obras de arte. (Fuente: teatroreal.es).
A la cueva de Altamira le corresponde el privilegio de ser el primer lugar en el mundo en el que se identificó la existencia del Arte Rupestre del Paleolítico superior. Altamira fue también un descubrimiento singular por la calidad, la magnífica conservación y la frescura de sus pigmentos. Su reconocimiento se postergó un cuarto de siglo, en una época en la que resultaba de difícil comprensión para una sociedad, la del siglo XIX, inmersa en rígidos postulados científicos.
La cavidad fue descubierta por un lugareño, Modesto Cubillas, hacia el año 1868. Acompañado por Cubillas, Marcelino Sanz de Sautuola visitó por primera vez la cueva en 1875 y reconoció algunas líneas que entonces no consideró obra humana.
En la Exposición Universal de París conoció de primera mano algunos objetos prehistóricos encontrados en cuevas del sur de Francia. Sautuola, que ya tenía una amplia formación en Ciencias Naturales y en Historia, regresó a España con una perspectiva renovada y decidido a emprender sus propios trabajos en las cuevas de Cantabria. Acompañado por su hija María volvió a Altamira en 1879. Será la niña la primera en ver las figuras en el techo de la cueva.
Debido a las visitas a este recinto, su microclima se puso en peligro, cerrándose al público; posteriormente, en el año 2001, se creó la llamada Neocueva, que nos presenta Altamira tal y como era hace entre 35.000 y 13.000 años cuando la habitaron distintos grupos de cazadores-recolectores. La Neocueva es una reproducción tridimensional rigurosa, basada en el conocimiento científico y en el estudio de las técnicas y materiales empleados en época prehistórica. (Fuente:culturaydeporte.gob.es).
Desde Villafranca me han llegado estos cinco marcapáginas editados en plancha de corcho, que representan lo más emblemático de ese país vecino que es Portugal, cuna de grandes navegantes y descubridores (Vasco de Gama, Magallanes), la Catedral de Lisboa, Santa María Maior de Lisboa, y sus azulejos, llegándose a decir que Lisboa es la ciudad más "alicatada" del mundo, sin olvidar el gallo del norte del país y la sardina lisboeta (en la noche del 12 al 13 de junio se celebra la festividad de San Antonio de Padua, en la que se sirven sardinas asadas con pimientos).
Uno de los "errores" más frecuentes en los marcapáginas es el girado de la foto; muchas veces pienso que lo hacen no por error (por eso lo entrecomillo), sino para que la foto parezca distinta: en el tercer marca páginas la carabela más grande está a la izda.; en el lomo de la sardina encontramos el mismo dibujo pero la carabela grande está a la derecha (De hecho, el programa del ordenador con el que habitualmente los subimos al Blog, tiene una función de girado horizontal, y quedan así):
Azulejos motivo original
Azulejos motivo girado
También me llegaron estos dos (anverso y reverso), con vistas del Monasterio de Alcobaça.
Fundado en 1153 por órdenes de D. Afonso Henriques, el primer rey de Portugal, para cumplir un voto que había realizado a San Bernardo tras recuperar Santarém en el año 1147. Tras su construcción, el rey confió tanto el monasterio como varias tierras de cultivo de sus alrededores a los monjes, que no fueron instalados hasta 1223, cuando el monasterio ya se había convertido en uno de los más ricos y poderosos de Portugal. Se cree que en aquella época en el monasterio vivían 999 monjes, que celebraban misas por turnos, sin interrupción. (fuente:turismoenportugal.com).
Nueva entrega de Natalie desde Cornualles. De arriba abajo y de izda. a derecha: martín pescador, conejo, ardilla roja, lavandera, esmerejón o halcón merlín y mito de cola larga.
De los seis, el martín pescador está volviendo muy muy lentamente a Aranjuez, el conejo se está convirtiendo en plaga (siendo controlado por cazadores y por huroneros, especialmente estos últimos en las madrigueras que hay junto a las vías del A.V.E.) y la ardilla vive feliz en nuestros jardines; los otros tres, no los tengo muy identificados......
El ser humano es el único animal que se alimenta de recuerdos. Hace unos días, reordenando una caja de mi armario, han aparecido estos Cossetània de la serie El Patufet, que me fue consiguiendo el malogrado Toni, con quien mantuve largas conversaciones telefónicas en las que hablamos de todo (había momentos que hablábamos hasta de marcapáginas...), y me demostró que, aparte de ser buen coleccionista, era aun mejor persona.
Deseo que allá donde estés seas muy muy feliz y desde aquí, con todo mi aprecio, te hago llegar un fuerte abrazo.